No era necesario retirarse a meditar cuarenta días con sus cuarenta noches como hizo el señor de algunos, pero si visitar el desierto, y meditar sobre lo acontecido estas últimas fechas.

Joan nos ha guiado, ha sido nuestro gurú particular, nosotros por nuestra parte hemos llevado lo mejor que tenemos, locutores, informáticos, enfermeras y un cacho de Mon (el que nos devolvió la noche madrileña)  ante la complicada economía norte-africana.
Al regresar a la clínica nuestros enfermos no esperaban en la puerta, las estancias se habían vaciado, sólo esperamos que las volváis a ocupar con vuestro ruido, vuestros comentarios y vuestras taras.

Parecía que este momento no llegaría nunca, nuestra ausencia nos ha dolido a nosotros más que nadie, pasad de nuevo . . . Bienvenidos a la Clínica.

http://www.joancursach.com/

2 comments on Bajarse al moro

  1. adolf dice:

    Vaya viajecito que os hicisteis…no haceis más que quejaros de todo o de casi todo. Hay que viajar con otro espíritu, salir del pueblo para enriqueceros, no salir para alimentar los putos tópicos paternalistas. La mirada europea es bastante cegata (porque quiere, no por falta de buenos profesionales en oftalmología).

  2. mohamed dice:

    No demostrais ninguna sensibilidad (no se requiere mucha) con el fabuloso espectáculo que supone ver la «vida» que desprende ese maravilloso rincón del mundo llamado Jeemá el Fná…Es algo mágico, hermoso, un circo en el mejor sentido de su palabra…
    Volved pero sin tanta tontería de sabelotodo…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *