Veintisiete años no es una buena edad para morir, seamos serios, es  un tributo demasiado alto para ser un mito, y ni siquiera te asegura dejar un bonito cadáver, sobre todo si decides irte manchándolo todo, vomitando, hinchado por el agua, agujereado por jeringuillas o directamente descerrajándote un tiro en la cabeza. Luego vendrán las cábalas, las rebuscadas teorías de quienes no quieren admitir que ídolo ha decidido pirarse o simplemente que era demasiado yonki, pero y si las teorías tienen algo de cierto y si no son locos.

El club de los 27 puede ser visto por algunos como un buen puñado de víctimas devorados por una fama que tal vez no eligieron,  un serie de pacíficos nadadores que se vieron en la cresta de la ola el día que solo querían bucear. Otros dirán que son un puñado de nuevos ricos ahogados en su propia estupidez y arrogancia.

En la clínica pensamos que de todo habrá entre esta gente, no juzgamos. Ponemos en sus tumbas este ramo de buenas canciones, esta corona de acordes. Descansen en paz.

One comment on “El Club de los 27

  1. El Ruipe dice:

    Por cierto, no se que comentabais ente medias de Sid Vicious, pero no murió a los 27, fuen antes no?

    Morente a muerto hace un ratito, creo que a los 68…

    In memoriam, al mejor artista granaino por encima, con mucho, que además de bajar en pijama a las tantas de la mañana a La Tertulia, bebió, vivió y dejó el mejor de los legados: Un homenaje a Bill Evans con Ochando

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