Hace tiempo decidimos que la Clínica debía un poco de su tiempo a éste hombre, hoy por fin nos hemos decidido a «meter entre sus cosas la nariz», mirarlo «cara a cara» para que sea el segundo hombre vivo  a quien desde nuestros quirófanos le es dedicado un especial.

Quisimos hacerlo antes de que cogiera «el tren» y se marchase, sabiendo que el especial puede estar «fuera de lugar» insistimos en hacerlo. Solo le pedimos a nuestro anfitrión que «aguante el tipo» y siga «navegando» porque «siempre hay una historia que contar», por nuestra parte solo nos queda el estarle eternamente «agradecidos».

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