Damos hoy por terminado el Frankenstein creado en el más oscuro de nuestros quirófanos. Un brazo de Green Day, una mano de Dick Dale y la otra de un hortelano del Cerro de la Horca del moro, las meninges de Chuck berry, las castigadas rodillas de un jugador de Rugby, la cabeza de un poeta lotero, la melena de un heavy calvo, la mirada de un pintor, el estómago de un maestro cervecero, la imaginación de diseñador gráfico y los santos cojones de Tom Waits. Ya solo queda esperar el próximo rayo para que camine desnortado sin saber dónde acudir como el equipo médico que lo ha creado.

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