En esta Clínica siempre nos gustaron los díscolos, desobedientes, y traviesos. No imponemos vida sana y saludable.

Deportistas enfermos, indisciplinados. Chicos que salieron del Barrio pero el Barrio no quiso salir de ellos. Genios descuidados. Hedonistas militantes.

Nos cuesta menos reconocernos en los futbolistas ojerosos y los boxeadores sonados que los aplicados deportistas de musculatura definida.

Cerrar una discoteca, olvidar maletines con dinero en los burdeles, ir a entrenar en camión, gestos que aplaudimos. Hagamos un recorrido por el auge y la caída de excesivos deportistas, esos en los que no deben fijarse los niños.

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