musica

La huella del Crimen

«La constancia en el trabajo suple al talento» Decía la monja encargada de adoctrinarnos en tiempos de escuela. Hoy se acercan a la Clínica una serie de personajes carentes de todo talento, poco constantes seguramente . . .

Nadie esta libre de que su obra sea profanada, desde Nirvana a Rocío Jurado todo es deshonrable. Y que decir de los verdugos del pentagrama, desde los reputados  José Mercé o el aberrante Pitingo al esperpento de Melendi nadie esta libre de haber metido alguna vez la pata hasta el garrón.

Este catálogo del desastre es un muestrario de lo que no se debe hacer, un inventario del desatino,  este programa es una enumeración de la pena mucho mas que de la gloria. Disfrutar si vuestro estomago os lo permite de una serie de canciones maltratadas.

Don Rosendo Mercado

Hace tiempo decidimos que la Clínica debía un poco de su tiempo a éste hombre, hoy por fin nos hemos decidido a «meter entre sus cosas la nariz», mirarlo «cara a cara» para que sea el segundo hombre vivo  a quien desde nuestros quirófanos le es dedicado un especial.

Quisimos hacerlo antes de que cogiera «el tren» y se marchase, sabiendo que el especial puede estar «fuera de lugar» insistimos en hacerlo. Solo le pedimos a nuestro anfitrión que «aguante el tipo» y siga «navegando» porque «siempre hay una historia que contar», por nuestra parte solo nos queda el estarle eternamente «agradecidos».

Maestro Morente

Esa voz que se juega la vida                       /          Esa revolución de la amargura

esos ojos llenando el vacío                         /          ese inventario de la mala suerte

esos dedos hurgando en la herida             /          ese tratado de la desmesura

esa liturgia del escalofrío                            /           ……………………………………………………………..

……………………………………………………………          /          Ese como, ese que, ese hasta cuando

Ese orgullo que pide disculpas                   /          ese pulso ganado a la muerte

ese sentarse para estar erguido                /          ese Enrique Morente cantando

ese añejo sabor de la pulpa                       /

visceral del limón del olvido                        /          Joaquín Sabina: Soneto a E. Morente

Mario Pacheco

«Murió Mario Pacheco y palpo la colosal ingratitud del país. Tiene lógica que las televisiones ignoren el óbito, dado que en general despreciaron la música que él patrocinó; asombra más que las instituciones callen. Hace poco, cacareaban felices con una declaración de la Unesco a favor del flamenco. ¿Han leído algo, han escuchado alguna declaración respecto a la inminente desaparición de la principal productora de flamenco durante las tres últimas décadas?»

«Son las aberraciones del pensamiento mágico. Aquí creemos que la música grabada brota sola, que no necesita inversiones. Los centinelas de la cultura no leen la letra pequeña: solo cuenta el artista, aparentemente un fenómeno natural e inevitable.»

DIEGO A. MANRIQUE 29/11/2010

El Club de los 27

Veintisiete años no es una buena edad para morir, seamos serios, es  un tributo demasiado alto para ser un mito, y ni siquiera te asegura dejar un bonito cadáver, sobre todo si decides irte manchándolo todo, vomitando, hinchado por el agua, agujereado por jeringuillas o directamente descerrajándote un tiro en la cabeza. Luego vendrán las cábalas, las rebuscadas teorías de quienes no quieren admitir que ídolo ha decidido pirarse o simplemente que era demasiado yonki, pero y si las teorías tienen algo de cierto y si no son locos.

El club de los 27 puede ser visto por algunos como un buen puñado de víctimas devorados por una fama que tal vez no eligieron,  un serie de pacíficos nadadores que se vieron en la cresta de la ola el día que solo querían bucear. Otros dirán que son un puñado de nuevos ricos ahogados en su propia estupidez y arrogancia.

En la clínica pensamos que de todo habrá entre esta gente, no juzgamos. Ponemos en sus tumbas este ramo de buenas canciones, esta corona de acordes. Descansen en paz.

Canciones con Historia I

Quien no ha estado alguna vez a un paso de la locura, quien no ha fantaseado con el ejercicio del crimen.

Hoy hablamos de historias nada calculadas ni premeditadas, como la mañana en la que Brenda decidió fabricar un infierno, o como el mal día de Stagger Lee terminó siendo el mal día de sus prójimos. También hablamos de historias calculadas, llenas odio o simplemente enfermizas, y escuchamos como cada historia tiene su canciones, canciones con historia, historias de canción.

P.D. En esta clínica tampoco gustan los lunes.

The Clash

En 1976 los autores de la clínica comenzábamos nuestros días en el mundo, no fue nuestro nacimiento el único hecho acontecido ese año que cambiaría la historia. Además de tan memorables alumbramientos,  en la calle  Ladbroke Grove de Londres ensayaban por primera vez Joe Strummer, Mick Jones, Paul Simonon , Keith Levene y Terry Chimes, nada más y nada menos que THE CLASH.

Hoy la Clínica dedica su consulta a  homenajear a un grupo de descomunal talento que durante diez años nos regaló un puñado de canciones impagables,  ligadas para siempre  a recuerdos de habitaciones llenas de vinilos de hermanos mayores, cintas pasando de mano en mano y conversaciones eternas sobre si Sandinista es largo,  «el primero era el mejor», o de la calidad de muchas versiones de estos chicos que caían en nuestras manos mientras merendábamos tirando las migas en la alfombra.

Si os gustan estos genios de Londres disfrutar de las canciones, si alguien ha permanecido secuestrado durante años, o viene de otro planeta y aun no los conoce, siéntese y descúbralos.

Jorge Ilegal

Cuando los modernos de la movida cardaban sus peinados y gastaban más tiempo en colocar sus hombreras que en afinar sus instrumentos, Jorge Martínez ya sabía que él y sus ilegales triunfarían porque sencillamente tocaban mejor, y también sabía de lo caduco de aquella pose pretendidamente moderna y de lo perenne del Rock & Roll.

Se trata de uno de los personajes más excesivos del panorama musical en castellano, sin ningún tipo de medida, es partidario con su amigo Josele Santiago de la «dosis fulminante».

Este señor de 55 años nacido calvo, grande y narizón tremendo letrista, gran guitarrista, perfeccionista enfermizo, buen amigo y estupendo enemigo; nos cuenta por su propia voz impagables anécdotas, y nos dice adiós con más de un millón de copias vendidas (pocos pueden decirlo) y empieza un nuevo e interesante camino. Sus dos puños siguen cuidando de él.

Silvio Fernández Melgarejo

Hablamos hoy de Silvio, un personaje excesivo e indescriptible. La vida de este hombre es como una especie de leyenda. Dilapidador de fortunas, bebedor impenitente, rockero penitente, eterno ojeroso, bohemio, caballero, filósofo de barra y persona sin reloj.

Tiene el encanto de esos personajes malditos y autodestructivos que no pasan por la vida, si no que la atraviesan; que nos restriegan por la cara que son unos genios y que les importa un comino; y que el dinero está para gastárselo y la vida para vivirla.

Un cantaor de esos que si le apetece, va y hace arte con mayúsculas, pero si no le apetece no hay nada que hacer. Ese es para mi Silvio: el mejor cantaor de rock and roll de la historia.
Y quien mejor que sus amigos, sus músicos y familiares para contárnoslo.

«A la diestra del cielo. Silvio, un cantaor rockero»